Lo decretó la UNESCO en 1999, hoy es el
Día Internacional de la Poesía, y aunque
Neruda y Teillier, poetas de mi tierra, se revuelquen, aquí voy...
Escribir para qué? para quiénes?
Gastar letra por letra, resumiendo la miseria?
O enaltecer el orgullo de sobrevivir?
Escribir para inventar el otro silabario?
Para volver al aire, siempre al aire?
De pequeño escribí para atraer los fantasmas
Eran odiosos y deambulaban por entre los adobes de la casona
A tientas, de otro modo no se puede ser fantasma
En claridad no funciona la palabra
Eran tiempos más bellos la única pregunta era por el juego
No se me habría ocurrido entonces preguntar para qué escribir
Y en aquel tiempo deambulaba también como fantasma la miseria
Y no había más orgullo, como ahora, que estar vivo
Escribir para volver siempre a la infancia
Para jugarnos la nada, para gastarnos todo
Para embellecernos antes que se inventen nuevas y ridículas vocales.