
Estamos en el cine con Matías (4), viendo a Horton. El elefante, descubre vida en una mota de polvo y decide cuidarla, seguro de haber oído voces en ella. Los demás animales de la selva creen en su versión, con excepción de la desconfiada mamá canguro. Por eso mismo, pide a un ave carroñera que se deshaga de la mota. Cuando la amenaza se concreta, Los Quienes, los nanohabitantes de Villaquien, en la mota, deben gritar para evitar su destrucción , a manos de los animales envilecidos por doña Cangu. Oír para salvar, dice la malvada.
“Estamos aquí, estamos aquí”, es la consigna escogida, y que Matías repite contagiándose con los demás chicos de la sala. Si no son escuchados, no serán salvados.
“Estamos aquí”, parecían decirnos los habitantes del campamento Los Girasoles, en Valdivia, a mitad de semana, cuando junto a pobladores de otros campamentos, clamaban con urgencia por vivir en la dignidad, a la que todo ser humano tiene derecho. Benito Coloma, arquitecto del servicio de vivienda del gobierno, junto a su equipo de asistentes sociales, nos invitaron hasta allí. Ellos saben escuchar, confiar y cuidar a Quienes verdaderos, a Quienes no se resignan a la mala vida, a Quienes no escogieron la miseria en el medio del polvo, a Quienes quieren ver el sol girar por toda latitud. Nos contagia el entusiasmo de Benito, su equipo y los Quienes, que nos despiden esperanzados al final. Nosotros somos quienes agradecemos, y también tenemos esperanzas en ellos.
3 Comments:
espero que no sea solo un elefante quienes les escuche a ellos, sino toda una poblacion amiga.
regreso por estos lares para seguir descubriendote comprometido con la sociedad. te admiro hector.
un saludo
Oir para salvar... esa es la frase, esa es la consigna.
En este mundo estamos quedando muy sordos
Que todo salga lo mejor posible, alcancen esos pobladores su anhelada vivienda digna.
Saludos desde un cercano sur
Publicar un comentario
<< Home