DIGNIDAD HECHA A MANO (I)

Los huesos que sobraban de la sopa, las migas del pan, los cuescos de palta, monedas viejas y cualquier madero pequeño en desuso, fueron el invaluable material con el cual los prisioneros políticos le arrancaban susurros a la vida. Hombres y mujeres también corajudos y vinculados a la Comité Pro Paz en un inicio y la Vicaría de la Solidaridad, más tarde, sacaban esas diminutas obras desde los centros de detención y los llevaban a los familiares y, a poco andar, comenzaron también a exportarlos, por su significado y también por la calidad de esas obras. Así transformaron una experiencia de subsistencia en un trabajo digno y sanador.

Si bien la los grupos de trabajo de la Vicaría de la Solidaridad se enfocaban en los prisioneros y en sus familias, desde los 90 y hoy en día, los talleres de la ahora Fundación Solidaridad siguen existiendo, y cada vez son más importantes en los mercados internacionales. Actualmente, el trabajo de quienes confeccionan arpilleras, muñecos con ropajes étnicos, figuritas de madera, sujetalibros de piedra combarbalita y tarjetas decoradas en arena, se exporta a doce países, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, además de varias naciones de Europa. Hoy día todos estos talleres ganan licitaciones del Estado, compitiendo con multinacionales a través de Chilecompra, No hay “caridad”; dice Winnie Lira, "lo que hay es una solidaridad con gente que quiere salir con sus propios medios adelante y que genera sus propias fuentes de trabajo."