EFECTO MARIPOSA Y NUESTROS NEGROS HOY

Iba en el autobús y le dolían los pies. Iba sentada, iba a su trabajo y le dolían los pies. Era el 1° de diciembre de 1955 en Montgomery, Alabama, USA. Ella, Rosa Parks, costurera, zurdidora, negra, va sentada junto a otros tres negros en la quinta fila, la primera que ellos podían ocupar. La ley prohibe que blancos y negros se sienten en la misma corrida de asientos. Un blanco quedó de pie y el conductor exigió a Rosa y sus acompañantes ocasionales, que se fueran al fondo del bus. Silenciosa, enhiesta en su humildad, Rosa se negó. Le dolían los pies y sentía que era su derecho ocupar ese asiento. Aún esposada, trasladada al calabozo, fichada por su delito y multada, Rosa Parks se negó a reconocer la ley maldita. Cuando el pastor Martin Luther King y otros líderes negros supieron del episodio, encabezaron un movimiento singular y progresivo, que comenzó por boicotear a la compañía, exigiéndole el fin de los asientos segregados y terminó un año y 20 días después por conquistar derechos ciudadanos, al declarar la Corte Suprema de Justicia como inconstitucional la segregación en los omnibuses.

A miles de desconocida/os Rosa Parks de nuestros países, les duelen los pies y el alma. También el bolsillo, cuando son obligados a retirarse a la fila de atrás o ceder el asiento de la salud, la educación, la previsión social o la participación cívica, o pagar más caro por todo ello. Las primeras filas están reservadas para los eternos, o los emergentes que se arriman a la rutilante modernidad amparados en jerigonzas técnicas y cubiertos por la frágil envoltura de un mercado que premia a los exitosos y castiga a los fracasados, con asientos numerados en la últimas filas. Lo estructural es problema personal, nos dicen. Les falta habilidad para emprender, para ser microempresarios, para valerse por sí mismos, insisten , serios. Falta equidad, no justicia social, aseguran. Nuestros "negros" de hoy, también recibieron al nacer, como los negros de USA, un cheque constitucional que les garantiza derechos civiles, sociales y políticos. Pero cuando cobran por caja, descubren también que la cuenta marca saldo insuficiente. Secretismo público y solicitud de opiniones, rara vez acceso y decisiones; menos del 25% de trabajadores organizados en sindicatos y menos del 10% protegidos por negociaciones colectivas; 2 de cada tres afiliados a las AFP en Chile tendrán pensiones mensuales inferiores $ 80.000 (U$ 153), niños y jóvenes de escuelas públicas condenados a empleos o estudios de menos calidad en el futuro; millones hacinados, sin hogar y sin espacios públicos que inciten a desatar las alegrías cotidianas. Una isla de miseria en un océano de prosperidad, como diría el pastor Luther King. Cierto es que se avanza y no hay pretextos para no hacerlo más rápido. El dolor de pies es llevadero, el dolor del alma paraliza, divide, crea resentimiento e instaura una condición, especie de ley natural, según la cual, el éxito es fruto del trabajo de élites y el fracaso es problema, o individual, o de masas incapaces.