SERRAT ERES UNICO (I) - DESAMOR

Pintura Eduard Munch

"Qué triste se ven, qué lejos están, tanto que olvidar , nada que decirse. Quién diría que, un día también se quisieron... y tal vez fueron felices."
Llego para pedirle música cubana y lo encuentro ordenando sus libros. Su casa está fría, como su pena honda. Dos hijos hermosos, una buena mujer, dos carreras auspiciosas y su abrazo fraterno que me implora comprensión, para lo que no tiene explicación más allá de esas cuatro paredes. Ella quiere, él ya no, y sin tercero en discordia, el tranvía pasará inevitablemente por aquí, y uno de ellos lo abordará con rumbo desconocido. Ay, desamor.

"No les queda resto para otra jugada, se torció el camino... se dió vuelta el viento. Les pudo el fracaso y le resentimiento y hoy son dos ejércitos en retirada"
Hace años que no la veía. Fue una alumna ejemplar, y la admiré. Se educó y formó sola en su etapa universitaria. Sus padres escogieron Argentina para vivir y ella no halló su espacio . Regresó, se tituló como Trabajadora Social, con la promesa de reunir el dinero suficiente para traer de vuelta a sus padres y disfrutar juntos el último tramo de la vida de éstos. Terminó una relación de 12 años, conoció a un hombre mayor, y es madre de una preciosa criatura, me cuenta en el café. Nos abrazamos en la despedida, e inevitablemente pregunto si logró cumplir la promesa: “Lo hice – me dice contrayendo la voz a punto de quebrarse- pero una vez aquí, a sus 65 años, se separaron”. Negro desamor, feroz desamor...

JMS, Desamor en Nadie es Perfecto