VOLAR

Tengo promesa con Felipe, de elevar muchos volantines esta primavera. Yo le doy la lata, que antes los hacíamos nosotros mismos, que era una fiesta ir al cerro en septiembre, que las competencias abundaban y éramos felices yendo y viniendo a la siga del volantín que perdía la batalla de los ciellos y el viento lo arrastraba como hojita otoñal en su deriva más plácida. El no quiere mis historias sino las suyas. Ahora que el cielo amanece celeste de ganas y el viento acompasa cualquier bailecito volantinero, preparamos los hilos, el cariño y las zapatillas, para irnos por ahí, a un terreno plano o a un montecito leve, a dejar que vuelen junto a ellos, nuestros sueños mejores, nuestras infancias compartidas, nuestra amistad intensa.

Y tú, con quien te elevarás esta primavera?