EL JARDIN SECRETO
"La señora Francisa no viene hoy a la reunión, tiene un hijo muy enfermo", anuncia con su voz melosa una asistente, de pañuelo colorido ordenándole el pelo. "Me avisó este joven Painemal, que tampoco viene, está trabajando pal norte , en la fruta", indica a su lado una mujer cincuentona, que vino acompañada por su hija. La reunión transcurre entre datos, comentarios y una agradable calma. Se revisan documentos, se comparten risas y alguno bromea con que el asado será más tarde. Me envuelve un paréntesis y me sorprendo pensando que estoy apenas a 12 kilómetros de Temuco, que estos campesinos Mapuche se conocen todos y hasta creo que se apoyan en todo, obviamente no sin controversias. Recuerdo de paso a mi vecino de enfrente, quien al regar el césped nos da la espalda, para no conversar, para no sentirse obligado a relacionarse, a sonreir o a saludar en cualquier tarde veraniega. Los Painemal saben que aún en el campo, tienen cerca a los Curiqueo y éstos saben que podrán contar con los Llancapil, o los Paillalef. Yo sé que mi vecino, ése y varios otros, quisieran su vida lejos o bien solos, pero para eso no les alcanzó el dinero. En tanto, enrejan las ventanas, compran alarmas, contratan guardias y ya deben tener armas. Termina la reunión y debo dejar el jardín secreto. Tan lejos, tan cerca. Prometo volver en dos semanas. Mientras conduzco tarareo a Joan Manuel: "El vecino de Kundera se parece al mío. Si algo tiene destacable nadie lo diría. Es un tipo muy correcto que se pasa al día, ocho horas tecleando un ordenador...."
16 Comments:
gracias por tu visita, pase por aqui para desearte una buena semana.
Conocerse y tratarse, son ventajas de pueblo chico. Te cuento: a veces , con mi esposo pensamos que podríamos vender la casa y mudarnos (económicamente nos convendría) pero...pensándolo bien... y no lo hacemos. Nos da pena irnos por los tan buenos vecinos que tenemos a los dos lados de la casa y en el barrio.
Claro, que siempre hay alguno que da vuelta la cara... ¡pobrecito!
Un fuerte abrazo.
asi somos a veces, hermeticos, separatitas, antisociales.. pero que podemos hacer? quizas aprender de estos otros pueblos donde la convivencia impera entre todos y no solo entre los miembros de un mismo clan (aunque a veces aqui ni eso)
besos
Tendríamos que aprender tanto de quienes, aunque minorías para muchos, tienen grandezas de humanidad como es el estar al tanto de qué le pasa al vecino.
Me ha gustado mucho tu post y su reflexión.
Abrazos
Me negué a enrejar mi casa, a comprar alarmas y a empuñar armas. Me vine al campo, donde los Rodriguez, los Perez y los Garcías me ayudan cuando lo necesito. No lo cambio por nada.
(No se ya como llegué aquí pero tengo la sensación de seguir llegando)
Siempre que te visito pienso en mi madre que partió desde Temuco en Abril pasado hacia el cielo, que es donde ella decía que iría, yo también lo creo...
gracias por tu rincón que algo tiene de eso que añoro desde acá
y la verdad... yo soy de esas que no aguantan esas reuniones vecinales... ay.
Yo no conozco a mis vecinos...
Un saludo desde la selva de cemento...y suerte.
por intrusa llegue aca y me gusto,son lindas tus imagenes
Si a ti te pasa eso con tu vecino, que nos queda a nosotros por estos lados. No digo que sea generalizado, pero típico que te enteras de lo simpatico que son algunos, recién cuando te vas ...
Saludos
Que lindo..;) gracias por acordarte de Serrat!
un cálido abrazo
Héctor, Uma caixa de cimento cheia de vidas e perspectivas ... Passando para deixar meu abraço.
Casti
qué bonita vecindad
qué bonita vecindad
es la vecindad del chavo
no valé medió centavo
pero es linda de verdad.
ya nadie
para la olla
compartiendo
la cebolla
de la casa
del vecino
y ya nadie
toma el vino
de garrafa,
compartido...
sólo se escucha
el ladrido
del feróz
perro guardián)
PD Creemos un barrio!
no se si eres siempre del sur, pero por lo menos lo que me tocó vivir a mi era un ambiente de familia con todo el mundo, todos se conocían, todos hablaban de todos, todos sabíamos de cada paso que dabamos, sin embargo cuando viví fuera de la IX Región nada de eso sucedió, a mi vecino en stgo lo conocí por accidente cuando desalojaron el edificio una vez que hubo un amago de incendio y fue la unica vez que lo ví
saludos cordiales
vladimir urrutia
De tus numerosas lecturas de igualmente numerosos autores, nacen tus textos que dan lugar a tu crónica diaria.
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